Neon

Luz Neón

Manuel Basaldúa Hernández

 

Una mujer le dijo a Winston Churchill que si el fuera su marido le pondría veneno a su té. Churchill le respondió que si ella fuera su mujer claro que se bebería ese té envenado. La retórica en el debate de ideas muestra el nivel de discusión y claridad sobre los temas de interés de la comunidad. Pero en México esto no ocurre con familiaridad ni con frecuencia, sino todo lo contrario. El insulto, el improperio y la vulgaridad de epítetos están a flor de piel en muchos niveles de nuestra plaza pública. Si bien la comunicación que hemos forjado en nuestro ambiente social tiene una serie de retruécanos y doble sentido en la mayoría de las veces, ahora la moneda corriente es la descalificación, el adjetivo y la burla con el propósito de descalificar o aniquilar al otro. Ya no se busca el dialogo, el intercambio de ideas, de opiniones, de contrastes.

El ejercicio de escuchar lo hemos perdido. Ya se abandonó la cortesía de la persuasión, motivar a nuestro interlocutor a simpatizar con nuestra idea, es más, ya ni siquiera se detienen a leer o escuchar atentamente la información. El ataque y el aniquilamiento simbólico es la moneda corriente, y las redes sociales, las tertulias o las discusiones en grupo muchas veces son arenas en que se desarrolla esta perversa manifestación de posturas.

En Querétaro se hace mas claro y evidente esta forma perversa de comunicación. (si es que así podemos llamarle a esta interacción de expresiones de los actores) aunque así se encuentra el país en general. En Querétaro, el ambiente del espacio virtual en redes sociales ocurre un fenómeno de esta naturaleza que describimos. A los promotores del oficialismo local, que defienden y promueven a personajes de los gobiernos de distintos niveles pero emanados de un partido ganador se les ha dado por llamarlos “qromadores”.

Daré por sentado el sentido vulgar y ofensivo al que se refieren con ello, pero el termino de calificación a los promotores de acciones o personajes oficiales asi se ha acuñado en estos lares. Por otro lado, los “antiqromadores” (no se refiere nadie a ellos así, pero utilizare el término para ilustrar su contraparte) actúan y se expresan así quienes se profesan seguidores de una corriente ideológica distinta, pero es obvia su inclinación por el oficialismo federal y no los distingue en nada su comportamiento y expresión de aquellos otros.

Los antecedentes de tal encono lo podemos encontrar en la reciente administración de gobierno, que en voz del Ejecutivo Nacional, en su conferencia mañanera, utilizando el foro de Gobierno y en su investidura de Presidente de la República, el encargado del país sembró en el discurso político el adjetivo de “chairo” a quienes lo criticaban o se manifestaba como su opositor. En un giro conceptual se asigno ese mismo termino a quienes le seguían, posterior a que apareció en el imaginario el término “derechairo”, dando por sentado que sus adversarios serian de “izquierda”(sic).

El Presidente en funciones llegó a expresar aproximadamente mas de 500 adjetivos contra sus opositores. Y esto permeo en todos los niveles de la población, sobre todo con los mas resentidos socialmente, que lejos de ofrecer una postura sensata y elevar el nivel de discusión a un foro mesurado y ciudadano de reflexión y construcción, se cayó en la provocación de una interlocución sin retorno. En una acción-reacción mecánica. El eco de tal postura pendenciera lo ha mantenido el Presidente temporal del Senado de la República, que con sus antecedentes de bravuconería ha motivado a que exista ahora la demanda de muchos ciudadanos al “derecho de mentar la madre”.

De tal forma que, tanto del Gobierno Federal o de los Gobiernos locales no pertenecientes a la línea del partido en el poder, sus políticas públicas, así como la obra pública, las inversiones y todas las acciones realizadas por estos, que deberían de beneficiar a la sociedad y a la ruta del desarrollo del país ya no están sujetas a una evaluación critica y objetiva, sino a una descalificación o a una aprobación en automático dependiendo de sus filias o fobias. Sin juicio ni razonamiento alguno.

Esto me lleva a la referencia de una cinta francesa de Patrice Leconte (1996): “Ridicule”, Nadie esta a salvo. Ubicada en el Siglo XVI, donde el protagonista se tiene que mover en el mundo de la política y la monarquía, donde existe un ambiente cortesano, en esa sociedad francesa que quiere sobresalir solamente si pone en ridículo a sus oponentes e incluso quienes no comulgan con sus ideas. Pues ese mismo patrón de comportamiento sucede en el Querétaro actual, porque el rídiculo y el exterminio del otro es el nivel de lenguaje e ideas que se intercambian entre “qromadores” y “antiqromadores”, entre chairos y derechairos queretanos. Pero lo mismo ocurre en la arena de redes sociales a nivel nacional. El insulto y el improperio en ambos bandos esta a flor de piel, y no consideración sobre el oponente.

Sorprende que ya no importa el nivel académico, el status cultural o económico, la cátegoria de ciudadano, se ha normalizado la vulgaridad y la pobreza intelectual. La interacción comunicativa se encuentra en un estado deplorable debido a que los actores se sienten con el derecho de insultar, descalificar y poner en rídiculo a sus oponentes. Todo ello en detrimento de la convivencia ciudadana: del antimorenismo del Gobernador Kuri, al antikurismo de morenistas u opositores en abierta refriega verbal que lejos de construir destruye un clima de armonía ciudadana.

¿A quién se dirigen cuando insultan los que insultan? Muchos quieren rendir pleitesía a una idea política, a un grupo en el poder, o simplemente al odio que profesan al adversario y el aniquilamiento es su meta. “El problema de nuestra época consiste en que los hombres no quieren ser útiles sino importantes” también decía Churchill.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.