Neon

Luz Neón

Manuel Basaldúa Hernández

 

¿Se acuerda usted cuando apareció el covid19 y pensábamos que estaba muy lejano en distancia y el día que llegaría a nuestras tierras y que nos afectaría? El covid19 dejo en México la cantidad de 288,464 defunciones y una gran cantidad de enfermos con secuelas. La inacción gubernamental frente a ese flagelo virulento y las falsas informaciones oficiales agravaron la situación de salud en nuestro país, además de consecuencias que desviaron el rumbo en muchos escenarios de salubridad.

En las Universidades y en los Institutos de Educación Superior ocurre algo similar a ese fenómeno de confiarse sobre una amenaza que parece lejana y que no llegará a afectarnos. Pero revisemos el escenario, el actual partido en el poder y con una mayoría en el Congreso, a inicios de la llamada Cuarta Transformación con AMLO pretendió eliminar la autonomía a las universidades. La comunidad académica protestó y a regañadientes se corrigió lo que los oficialistas llamaron una equivocación, un “error de dedo”. Esta fue la primera advertencia del embate a la Universidad.

La ola oficialista que ha ganado más posiciones de poder, no ha quitado el dedo del renglón de ir sobre la autonomía y la universidad. En este segundo sexenio de la Cuarta Transformación sabiendo que la maquinaria armada logró hacerse del Poder Judicial, ha habido voces que señalan que la curricula de las licenciaturas de Derecho deberían de reformarse “para servir al pueblo”. Recientemente en el seno de la UNAM estudiantes de Ciencias Políticas se han proclamado al respecto, e incluso dentro de la Facultad de Derecho algunos se manifiestan en este sentido, con una clara tendencia partidista e ideológica.

El oficialismo, con su sello de la 4T, profesional de la desaparición o afectación de las Instituciones, a través de legisladores locales también han empezado a explorar como minar la autonomía y la universidad, siguiendo la estela ideológica o capricho personal del expresidente cuando señalo que la UNAM era “neoliberal”. Otro ejemplo manifiesto, con tintes de soberbia y agandalle se ha pretendido llevar a cabo con la Universidad Autónoma de Querétaro. Las diputadas Claudia Díaz Gayou y Rosalba Vázquez Munguía han presentado un “proyecto de pre-dictamen de reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Querétaro”.

La UAQ ya ha respondido a esta pretendida intromisión y rechaza las reformas unilaterales que pretenden socavar a la institución. Con esa ley propuesta, la intención de los morenistas es entrar en las decisiones de los órganos de gobierno de la Universidad. De seguir así esta tendencia, y si la Universidad cede o se doblega, los programas de estudio y su orientación científica y critica será destruida al estar sometida a los mandatos de legisladores con esa tendencia política, y el oficialismo no tendría empacho en atentar contra la autonomía.

El Dr. Pedro Flores en su reciente artículo publicado en El Sol de México titulado “morena va por las universidades” señala que ante este embate “Es tarea del universitario desmontar tales farsas. Nuestra misión es la búsqueda de la verdad, no la autodeterminación ideológica ni partidista”. Aunque el riesgo latente no solo es externo, sino también interno dado que en el seno de la universidad se experimenta un estado de confusión de pensamiento de supuesta bandera ideológica y cultura woke que aleja de su actividad sustantiva a la universidad. Advierte Flores Crespo; “enmascarar el ejercicio autoritario del poder con “nobles” fines es la fórmula inventada por el actual régimen. Tristemente, esta ha sido posible con la complacencia de no pocos estudiantes, profesores y profesoras universitarias”.

Quizá estos escenarios le pueden parecer lejanos a muchos de nuestros lectores, pero sus hijos, familiares o toda la juventud, incluso a los universitarios mismos, pueden padecer de programas de estudio trastocados por la ideologización y no guiados por la excelencia académica y la formación de buenos profesionales, en un campo laboral tan precarizado y competido. En un país sediento de profesionales bien preparados que nos pueden ayudar a salir de este bache de malos indicadores de calidad educativa y un gran rezafo en la trayectoria del país en el campo de la ciencia y la tecnología. Esta forma de atacar a la universidad tiene los mismos efectos de amenaza que el covid19.

La universidad tiene que vacunarse contra el control de cualquier fuerza política sea de izquierda o de derecha. Se corre el riesgo de dejar a más de 5.2 millones de matriculados en el nivel superior en México con afectaciones y secuelas como el covid19.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.