Neon

Luz Neón

Manuel Basaldúa Hernández

 

Quienes tuvimos la oportunidad de conocer algunos países con un sistema socialista, después de vivir y experimentar un país neoliberal y bajo un sistema capitalista, vimos con cierto pesar y tristeza la realidad del racionamiento de los recursos entre la población socialista.

Por nuestra cercanía y un turismo más accesible a Cuba, por ejemplo, hemos encontrado la limitación del acceso a la medicina, a la vestimenta y desde luego a los alimentos. Con cierta curiosidad hemos conocido las tarjetas de racionamiento que el gobierno cubano le otorga a sus ciudadanos, entregándole un pan diario por persona, aceite, arroz, harina, frijol, carne de pollo y algunas latas por mes a cada familia.

Esta condición de racionamiento está delimitada por lo escaso de recursos económicos y de acceso a un mercado libre. Eso sí, está garantizado un mínimo de suministro de insumos.

En el Estado de Querétaro, y específicamente en su capital, se ha propuesto una nueva Ley de Aguas que está orientada a limitar el acceso al agua ante un escenario de escases de este recurso. Y se habla de un suministro de 50 litros por persona para un futuro cercano. Tal medida ha causado revuelo y muchos están en contra de la propuesta de ley estatal. Grupos ciudadanos han protestado, y algunos políticos de oposición local han tratado de sacar “raja política” – cómo se dice en el argot popular- de este caso.

Hasta ahora no está claro cómo será ese tandeo o esa limitante de suministro. Habrá que conocer ese tabulador y estudiar cómo se otorgará esa cantidad a los diferentes sectores, industria, comercio, agricultura y doméstico. Al parecer, la medida aceptada en el Congreso Local busca adelantarse en mediano plazo a la hora cero de la escases del agua en la entidad. Y habrá que invertir antes demasiados recursos económicos para efectuar la delimitación del agua.

 

El reto que enfrenta dicha Ley es que pretende ser una medida vertical, y no esta contemplada una “cultura” del agua, o una “cultura de la escases del agua”. Es decir, como hacer consciente a la población que debemos aprender a manejar la limitante de este recurso vital, como hacer consciencia de usar la poca agua que nos corresponderá, que formas habrá para el reciclaje, que hábitos cambiar e imponer, entre otros aspectos. Ya nos dedicaremos a abordar este problema en otra oportunidad.

Lo que quiero compartir a continuación es que este tipo de racionamiento del agua no es nuevo en el país, y que ya tiene muchos antecedentes en la vecina CDMX, lo cual deja sin argumentos a quienes protestan ante la medida del racionamiento. En el reciente número de la revista nexos de abril del 2024, Alejandro Coss, profesor investigador de Geografía Urbana de la Universidad de Edimburgo escribe un interesante artículo del cual se rescatan varios puntos. Con el título de “El nuevo fin del agua” Coss reflexiona que habitar la ciudad en el futuro cercano ya se ha puesto en duda en el entendido de que en la concentración urbana se provee de todos los recursos necesarios para vivir bien al individuo y su familia. El agua no será suficiente para cubrir sus necesidades básicas para una vida saludable.

El contexto de la escases de agua en la CDMX es crítico debido a la situación en que se encuentra el Sistema Cutzamala. La sobre explotación de ese sistema y a los ciclos más cortos de lluvia, y más escasos afectan el suministro y recarga de dicho sistema.

El agotamiento del acuífero está relacionada a la expansión de la industria y la agricultura a gran escala que están usando los suministros qué en teoría, señala Coss, deberían servir para la recarga del Sistema. Tales condiciones, agrega, esta “crisis que profundiza desigualdades en el acceso al agua en la Ciudad de México y mas allá”.

Los datos históricos que refiere este especialista en políticas infraestructurales del agua en la CDMX son serios y nos da cuenta de lo poco sensatos que hemos sido para cuidar un recurso que pensábamos continuo y poco importante en su cuidado. Lo que también refiere es interesante, porque esto parece repetirse en todas las ciudades: cerca del 50% del agua se pierde en fugas, el personal dedicado a la reparación es insuficiente, la infraestructura del agua es de mala calidad, no hay sistemas de monitoreo adecuados.

En el caso de la CDMX existe un Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) y según este organismo en 2018 el 17% de los hogares de esa capital recibían agua por tandeo, solo tenían 8 horas por dia con una presión adecuada, el 9 % la recibía por dos o tres días a la semana y el 54% tenían buen servicio. Sacmex tiene pronosticado que para el año 2030 solo el 8% de las viviendas en esa capital tendrá buen servicio, en tanto que el 55% estará bajo el tandeo, el 35% diario y el 20 a la semana.

Así que serán cerca de 284 colonias que estarán bajo tandeo del agua. Lo que se espera es que las formas de abasto del agua serán insostenibles y la crisis del agua se va a generalizar.

La crítica situación que experimento hace algunos meses la capital regiomontana, así como las condiciones en Sinaloa y Sonora de precariedad hídrica, deben ser también un claro mensaje de que el cuidado, distribución y suministro de agua en las viviendas, la industria y la agricultura debe ser técnicamente precisas, y alejadas de cuestiones políticas. Querétaro tiene un crecimiento urbano y habitacional sin precedentes, y se debe detener la depredación de áreas con vegetación endémica.

La desaparición, destrucción y no sustitución de bordos que servían de contención de avenidas de agua y ayuda para la recarga del acuífero ha sido otro de los puntos que no se han considerado, y la ausencia de estrategias para cosecha de agua son elementos que deben discutirse.

El tandeo o la cuota mínima de consumo de agua será un mecanismo de ahorro de agua para que nos alcance bien a todos, siempre y cuando se haga de manera correcta y sin corrupción alguna.

 

Con esta crisis del agua suceden dos cosas curiosas que dejan al desnudo  posturas totalmente kafkianas: un grupo de derecha en el gobierno que pretende aplicar un método de tandeo de un recurso natural con mecanismos socialistas, y un grupo que se dice de izquierda con ideas socialistas pero que arguye elementos neoliberales de libertades oponiéndose al racionamiento del agua. Quieren socialismo, pero cuando se va a aplicar de verdad un método socialista no es de su agrado y anteponen argumentos de derechos humanos con tintes de libertad capitalista.

No dicen nada sobre el racionamiento en Cuba, pero cuando es cuestión de aplicárselos a ellos como es el socialismo hídrico, no es de su agrado.

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