De Frente un homenaje a Memo Muñoz Gutiérrez – Me lleva el Diablo

La semana pasada la Facultad de Contaduría le hizo un merecido homenaje al Maestro Guillermo Muñoz Gutiérrez, toda una institución queretana, nos sumamos al homenaje al gran músico queretano – compositor de la icónica canción universitaria “El Bachiller”- reproduciendo y poniendo a su consideración, lo que creo es una imperdible entrevista que le realicé hace algunos ayeres, pero que igual que Memo y el buen vino, sigue vigente.

La reunión con el gran bohemio de Querétaro no podría ser en otro lado más que en el tradicional Barrio de Santa Rosa de Viterbo, en la cantina “El Barrio Alegre”, en donde hablamos con el compositor musical y quien modifico la letra de “El Bachiller”, que a sus 66 años cumplido nos desvela que hasta un rap ha compuesto para la UAQ, pasando por un villancico, “El Niño Dios Universitario”, al que le acomodo música de sinfónica su hermano Miguel. Igual se ha aventado sus tragos y cantado en noches bohemias con Angélica María que con Alberto Vázquez, Manolo Muñoz, con Leo Dan, últimamente con Humberto Cravioto  o  Librado Anderson, que con los parroquianos de la cantina. Es sobrino de la virtuosa Esperanza Cabrera, y desde la cuna mamó el amor a la música tanto por parte de su madre como de su padre; la música, dice, es un bálsamo que te puede curar la tristeza o hundir en la depresión. Soy lirico, solo tome clases de acordeón en Puebla con el maestro argentino Rogelio Ránzoli, nos confiesa Memo quien a los 13 años fue director de coros y orquesta del Seminario de Puebla, y a los 16 fundador de la Estudiantina de la UAQ, y quien asegura que ser bohemio no es cosa fácil.

AGL (P). – Memo Muñoz, toda una institución en Querétaro. ¿Cómo llegas a la música?, sigues de bohemio, en la bohemia, aquí en tu barrio de Santa Rosa de Viterbo, en “El Barrio Alegre”.

Guillermo Muñoz Gutiérrez (GMG). –  Bueno, eso de la bohemia lo platicamos. Si soy de aquí del Barrio de Santa Rosa DE Viterbo, de donde son los pajareros, viví en Arteaga 21, la casa de mis padres, a los que quiero mucho, que ya se vendió.

El gusto por la musical me fue heredado por mi abuelo Jesús Gutiérrez y mi padre Guillermo Muñoz; por mi madre Lupita Gutiérrez de Muñoz. Te voy a confesar algo que pocos saben, mi tía es Esperanza Cabrera, pero nunca le ponen el segundo apellido, es Cabrera Muñoz.

Pero soy lirico, solo tomé clases de acordeón en Puebla, con el maestro argentino Rogelio Ránzoli, estuve en el Seminario de Puebla, en donde a los 13 años fui director de orquesta y coros, pero en ese tiempo nadie sabía del acordeón, y yo ya tomaba clase, claro con un argentino.

P.- Entonces, no estudiaste música.

GMG. – No, mi padre no quería que me dedicará a la música de manera profesional. Mira él mi padre fue músico ambulante, te platico que mi abuelo se vino de Jalisco, era de Tototlán, se vino huyendo de la persecución cristera, así llegó a Querétaro, y mi padre salía a la calle a vender su música, y bueno por eso yo cada vez que veo a un músico ambulante recuerdo a mi padre, que quise mucho, y les doy algo.

Yo estudie la preparatoria y profesional en la Universidad Autónoma de Querétaro, obteniendo el título de Licenciado en Administración de Empresas, estudie dos años de maestría, que dejé inconclusa. De 1966 a 1994 trabajé en la industria queretana, de Tremec a Turborreactores, pasando por Gerber y Massey Ferguson, hasta ingresar al Gobierno Estatal, no sin haber dejado historia en la computación queretana al haber sido de los primeros en manejar una computadora en Querétaro.

P.- A contracorriente seguiste en la música.

GMG. –  Siendo yo de Arteaga me quedaba cerca El Salesiano, que fue impulsado por el Padre Marcial Tinajero y Estrada, que era Obispo de Querétaro en eso tiempo, les dono el terreno que era un panteón, y como iba a la doctrina a Santa Rosa, después curse hasta 4 de primaria en el Salesiano, después 5° y 6°, en Bellas Artes, te estoy hablando de 1959, donde tuve una excelente maestra: María Oñate.

En 1960 me fui a Puebla 3 años, como ya te platiqué, y regresó a Querétaro en 1963 y soy parte de los que fundaron al Estudiantina de la UAQ.

P- Siempre has tenido entonces una vida agitada, fundaste la Estudiantina, y también le diste fama con “El Bachiller”

GMG. – Soy el autor de la música de “El Bachiller”, la letra es del abogado Salvador Cuevas, sin embargo, la letra original de Chava, como  lo publicó Andrés Garrido, mi querido Andrés (QEP), que es como un hermano, te cuento que él, Andrés  venía a la casa de Arteaga en las tardes a escuchar y oír música, a leer libros, siempre tranquilo, durante años, entonces siempre ha sido muy querido.

Te decía que la letra era “Yo quiero ser abogado, yo quiero ser contador, quiero ser tu enamorado, aunque nunca sea doctor”. Es decir, estaba bien rimada per le hice un cambio cuando se grabó y se cantó como hasta hoy se escucha: “No quiero ser abogado, ni quiero ser contador, quiero ser tu enamorado, aunque nunca, aunque nunca sea doctor

Ahora, su grabación fue pura suerte, primero no les gusto a los muchachos de la Estudiantina, porque como yo tenía 16 años, ellos eran mayores, tenían ya 23 o 24 años, y me veían como un escuincle, pero fuimos a la disquera, a Muzart, a grabar una canción yucateca, que no grabamos porque ya estaba muy escuchada, y los hijos del compositor se oponían a que se siguiera grabando, entonces nos solicitaron una canción propia y grabamos “El Bachiller”.

P.- Muchas satisfacciones con esa canción Memo.

GMG. – Una sorpresa, fue un éxito en el mercado local, nacional y extranjero, todavía la graban y tararean grupos estudiantiles.  Recibí las regalías por esa canción durante treinta años, bueno y en mis tiempos me compré un carrazo, para dar la vuelta.

P.- Oye, hablando de dar la vuelta, tu familia tuvo la ya desaparecida pero clásica ferretería “La Estrella”.

GMG.- Sí, mi abuelo trabajo ahí, con uno de los Borja, los ferreteros, no con los de la Ferretería Borja, con un hermano, y él se la vendió en abonos, estaba ahí en Juárez, casi frente a Bellas Artes, donde también estaba “La Perla”, ¿ te acuerdas de La Perla?, como no verdad.

Ahí en la cantina “La Perla” estaba Gutiérritos, también te acuerda de él verdad, claro que e acuerdas, un cubano que llegó a con otros 5 compatriotas a jugar béisbol se jugaba ahí donde estuvo la Central Camionera, y donde ahora está el Centro Cultural Gómez Morín.

Mira a Gutiérritos lo lleve a graba una canción ranchera que no pego pero la grabo con el Mariachi Los Rancheros del Bajío.

P.- Entonces la bohemia es natural en ti, parte de tu vida. Muy buena vida, pura bohemia. Con quienes has compartido veladas, no conciertos, sino noches bohemias en corto.

GMG.- Tu también sabes de eso Alejandro, pero no es fácil la bohemia, la vida de un bohemio es difícil. De músicos, poetas y locos todos tenemos un poco, es verdad el refrán popular. También toqué en “Los Pentágonos”.

Mira una vez me preguntaron, en una entrevista, que qué música me gustaba, y estaba de moda Rigo Tovar, y les dije que La Sirenita de Rigo Tovar, y al otro día los culteranos me querían sacrificar, pero te digo yo sentía que si iba a un baile no me iba a poner a bailar El Lago de los Cisnes, sino unas cumbias, como La Sirenita en ese momento, y tampoco voy a llevar serenata con la filarmónica, sino con Mariachi y José Alfredo. Claro que también me gusta mucho la clásica, y hace unos 4 años grabé con gente de la filarmónica de Querétaro un disco con música popular y clásica italiana, unas Tarantelas.

Veladas: con gente como Leo Dan, en Aguascalientes, nos agarramos una velada de aquellas, también con Angélica María, Alberto Vázquez, Manolo Muñoz, después de cenar a cantar, últimamente en Celaya con Humberto Cravioto, nos echamos unas copas, con Librado Anderson.

Bueno, aquí en la cantina, con mis hermanos, de vez en vez agarramos la guitarra, el acordeón y cantamos, tocamos.

Mira en esta cantina venia cuando era niño, entonces la mitad era cantina y la mitad verdulería y dulcería, entonces me venía a gastar mis 20 centavos para ver la tele, porque no todos teníamos televisión, venía a ver a Cachirulo y a comer dulces, y aun lado estaba la cantina.

P- Bueno, la bohemia es rica, sabrosa, pero tiene sus costos, ni modo. “El Bachiller” no es lo único que has compuesto, oye para qué sirve la música.

GMG.- La música es un bálsamo que te puede curar la tristeza o ter puede hundir en la depresión, pero la música tiene un aspecto tranquilizante, reflexivo.

Nosotros fuimos 11 hermanos, y te platico que mi padre tenía un sueño: comprar una marimba, grande y que la tocáramos todos los hijos, no se le cumplió el sueño.

De todos mis hermanos, Miguel estudio en Bellas Artes, donde fue Director, es un gran músico, Alejandro ya se jubiló como Maestro de Bellas Artes, Toño, tú lo conoces, Toño regalo el muy bestia su batería, y ahí anda, bueno, ni modo así es la vida.

P.- Que me dices de otra composición tuyas.

GMG.- Mira hace tiempo compuse un Rap para la UAQ, era para captar alumnos, cuando la UAQ tenía que  hacer eso, ahora no, está saturada.

Anda por ahí un villancico queretano al que mi hermano Miguel le puso música con la sinfónica, Miguel tiene mucho talento, es un villancico universitario: “El Niño Dios Universitario”.

Se trata de ver que sería el Niño Dios de grande, unos decían que Abogado porque nos libraría del Infierno y del Pecado, otros de Ingeniero porque construiría un camino al cielo, y así de todas las profesiones.

Es muy bonito porque el mensaje es que cada uno tiene en su corazón al Niño Dios, que tenemos que conservar nuestras tradiciones, ser hombres de buena voluntad y paz, ese es el mensaje.

Ahora ya jubilado ando buscando dirigir un grupo, le puede poner ahí que se solicita grupo para dirigir.

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